jueves, 18 de febrero de 2010

“La verdad puede decirse y callarse de muchas maneras. Nosotros derivamos nuestra estética y nuestra moral de las necesidades de nuestra lucha.”



La gran verdad de nuestra época (cuyo conocimiento solo no resuelve nada, pero sin el cual no puede encontrarse ninguna otra verdad de alcance) es que nuestro continente naufraga en la barbarie porque la propiedad se encuentra forzosamente atada a los medios de producción. ¿De qué sirve en este caso escribir algo valiente de lo cual se desprenda que el estado de cosas en el cual nos hundimos es propio de la barbarie (cosa que es verdad), si no queda claro por qué hemos ido a parar en él?
Es necesario decir que se tortura a la gente porque tienen que subsistir las mismas condiciones de propiedad. Cierto, si decimos esto, perderemos a muchos amigos que están en contra de la tortura, porque creen que estas condiciones podrían mantenerse también sin tortura (lo cual es falso). Hemos de decir la verdad sobre las condiciones de barbarie que reinan en nuestro país, hemos de decir que existe la manera de hacerlas desaparecer, esto es, modificando las condiciones de propiedad.
Hemos de decirla, además, a aquellos que más sufren bajo estas condiciones, que tienen el máximo interés en su reforma, a los trabajadores y a aquellos que podemos presentar como aliados suyos, porque, bien mirado, también carecen de propiedad en los medios de producción, aunque tengan participación en los beneficios.
Y, en quinto lugar, debemos proceder con astucia.
Y debemos superar estas cinco dificultades a un tiempo, ya que no podemos investigar la verdad sobre condiciones de barbarie, sin pensar en aquellos que sufren bajo ellas, y mientras buscamos las verdaderas causas, sacudiéndonos sin cesar todo amago de cobardía, en atención a aquellos que están dispuestos a conocerlas y utilizarlas, debemos pensar todavía en hacerles llegar la verdad de tal forma que pueda convertirse en un arma en sus manos, y al propio tiempo hacerlo con tanta astucia que esta entrega no pueda ser descubierta ni estorbada por el enemigo.
Todo lo más que se pide, si es que algo se pide, es que el escritor escriba la verdad.” –––